La construcción de galpones industriales requiere planificación, diseño y ejecución adecuados. Son edificaciones que se utilizan para albergar actividades productivas, logísticas o de almacenamiento. Deben contar con una estructura resistente, funcional y adaptable a las necesidades de cada proyecto.
Los materiales más empleados para la construcción de galpones industriales son el acero estructural, el hormigón y las chapas metálicas. Estos materiales ofrecen ventajas como la durabilidad, la versatilidad y la rapidez de montaje. Además, permiten cubrir grandes luces sin apoyos intermedios, lo que facilita la distribución interna del espacio.
Las naves industriales son útiles para desarrollar actividades comerciales porque ofrecen un espacio amplio, seguro y adaptable. Permiten almacenar productos, maquinaria y materiales, así como facilitar la distribución y el transporte de los mismos. Además, pueden contar con servicios e instalaciones que mejoran la productividad y la calidad de las operaciones comerciales.
Trabajamos dos tipos de estructuras:
ALMA LLENA: Se caracterizan por tener un perfil de sección transversal en forma de I, con un alma central que ocupa todo el espacio entre las alas. El alma llena proporciona una mayor resistencia y rigidez a la nave, así como una mejor distribución de las cargas. Las naves industriales de alma llena se pueden diseñar con diferentes tipos de cubiertas, fachadas y sistemas constructivos, según las necesidades del cliente y las condiciones del terreno.
ESTRUCTURAS RETICULADAS: Es un tipo de estructura que se compone de barras rectas unidas por nudos formando triángulos. Estas estructuras son muy resistentes y ligeras, y se utilizan para cubrir grandes luces con poco material. El techo reticulado puede tener diferentes formas, como plana, curva o abovedada, y se puede adaptar a diversos diseños arquitectónicos.